A continuación les dejo un poema que me agrada bastante. Esta es una traducción que encontré en el blog: "Diario de un chico trabajador", hecha por Rodrigo Olavarría.
Versión original:
Traducción:
I
Vi las mejores mentes de mi generación destruidas por la locura,
hambrientas histéricas desnudas,
arrastrándose por las calles de los negros al amanecer en busca de
un colérico pinchazo,
hipsters con cabezas de ángel ardiendo por la antigua conexión
celestial con el estrellado dínamo de la maquinaria nocturna,
que pobres y harapientos y ojerosos y drogados pasaron la noche
fumando en la oscuridad sobrenatural de apartamentos de agua fría, flotando
sobre las cimas de las ciudades contemplando jazz,
que desnudaron sus cerebros ante el cielo bajo el El y vieron
ángeles mahometanos tambaleándose sobre techos iluminados,
que pasaron por las universidades con radiantes ojos
imperturbables alucinando Arkansas y tragedia en la luz de Blake entre los
maestros de la guerra,
que fueron expulsados de las academias por locos y por publicar
odas obscenas en las ventanas de la calavera,
que se acurrucaron en ropa interior en habitaciones sin afeitar,
quemando su dinero en papeleras y escuchando al Terror a través del muro,
que fueron arrestados por sus barbas púbicas regresando por Laredo
con un cinturón de marihuana hacia Nueva York,
que comieron fuego en hoteles de pintura o bebieron trementina en
Paradise Alley, muerte, o sometieron sus torsos a un purgatorio noche tras
noche,
con sueños, con drogas, con pesadillas que despiertan, alcohol y
verga y bailes sin fin,
incomparables callejones de temblorosa nube y relámpago en la
mente saltando hacia los polos de Canadá y Paterson, iluminando todo el inmóvil
mundo del intertiempo,
realidades de salones de Peyote, amaneceres de cementerio de árbol
verde en el patio trasero, borrachera de vino sobre los tejados, barrios de
escaparate de paseos drogados luz de tráfico de neón parpadeante, vibraciones
de sol, luna y árbol en los rugientes atardeceres invernales de Brooklyn,
desvaríos de cenicero y bondadosa luz reina de la mente,
que se encadenaron a los subterráneos para el interminable viaje
desde Battery al santo Bronx en benzedrina hasta que el ruido de ruedas y niños
los hizo caer temblando con la boca desvencijada y golpeados yermos de cerebro
completamente drenados de brillo bajo la lúgubre luz del Zoológico,
que se hundieron toda la noche en la submarina luz de Bickford
salían flotando y se sentaban a lo largo de tardes de cerveza desvanecida en el
desolado Fugazzi’s, escuchando el crujir del Apocalipsis en el jukebox de
hidrógeno,
que hablaron sin parar por setenta horas del parque al
departamento al bar a Bellevue al museo al puente de Brooklyn,
un batallón perdido de conversadores platónicos saltando desde las
barandas de salidas de incendio desde ventanas desde el Empire State desde la
luna,
parloteando gritando vomitando susurrando hechos y memorias y anécdotas
y excitaciones del globo ocular y shocks de hospitales y cárceles y guerras,
intelectos enteros expulsados en recuerdo de todo por siete días y
noches con ojos brillantes, carne para la sinagoga arrojada en el pavimento,
que se desvanecieron en la nada Zen Nueva Jersey dejando un rastro
de ambiguas postales del Atlantic City Hall,
sufriendo sudores orientales y crujidos de huesos tangerinos y
migrañas de la china con síndrome de abstinencia en un pobremente amoblado
cuarto de Newark,
que vagaron por ahí y por ahí a medianoche en los patios de
ferrocarriles preguntándose dónde ir, y se iban, sin dejar corazones rotos,
que encendieron cigarrillos en furgones furgones furgones haciendo
ruido a través de la nieve hacia granjas solitarias en la abuela noche,
que estudiaron a Plotino Poe San Juan de la Cruz telepatía bop
kabbalah porque el cosmos instintivamente vibraba a sus pies en Kansas,
que vagaron solos por las calles de Idaho buscando ángeles indios
visionarios que fueran ángeles indios visionarios,
que pensaron que tan sólo estaban locos cuando Baltimore refulgió
en un éxtasis sobrenatural,
que subieron en limosinas con el chino de Oklahoma impulsados por
la lluvia de pueblo luz de calle en la medianoche invernal,
que vagaron hambrientos y solitarios en Houston en busca de jazz o
sexo o sopa, y siguieron al brillante Español para conversar sobre América y la
Eternidad, una tarea inútil y así se embarcaron hacia África,
que desaparecieron en los volcanes de México dejando atrás nada
sino la sombra de jeans y la lava y la ceniza de la poesía esparcida en la
chimenea Chicago,
que reaparecieron en la costa oeste investigando al F.B.I. con
barba y pantalones cortos con grandes ojos pacifistas sensuales en su oscura
piel repartiendo incomprensibles panfletos,
que se quemaron los brazos con cigarrillos protestando por la
neblina narcótica del tabaco del Capitalismo,
que distribuyeron panfletos supercomunistas en Union Square
sollozando y desnudándose mientras las sirenas de Los Álamos aullaban por ellos
y aullaban por la calle Wall, y el ferry de Staten Island también aullaba,
que se derrumbaron llorando en gimnasios blancos desnudos y
temblando ante la maquinaria de otros esqueletos,
que mordieron detectives en el cuello y chillaron con deleite en
autos de policías por no cometer más crimen que su propia salvaje pederastia e
intoxicación,
que aullaron de rodillas en el subterráneo y eran arrastrados por
los tejados blandiendo genitales y manuscritos,
que se dejaron follar por el culo por santos motociclistas, y
gritaban de gozo,
que mamaron y fueron mamados por esos serafines humanos, los
marinos, caricias de amor Atlántico y Caribeño,
que follaron en la mañana en las tardes en rosales y en el pasto
de parques públicos y cementerios repartiendo su semen libremente a quien
quisiera venir,
que hiparon interminablemente tratando de reír pero terminaron con
un llanto tras la partición de un baño turco cuando el blanco y desnudo ángel
vino para atravesarlos con una espada,
que perdieron sus efebos por las tres viejas arpías del destino la
arpía tuerta del dólar heterosexual la arpía tuerta que guiña el ojo fuera del
vientre y la arpía tuerta que no hace más que sentarse en su culo y cortar las
hebras intelectuales doradas del telar del artesano,
que copularon extáticos e insaciables con una botella de cerveza
un amorcito un paquete de cigarrillos una vela y se cayeron de la cama, y
continuaron por el suelo y por el pasillo y terminaron desmayándose en el muro
con una visión del coño supremo y eyacularon eludiendo el último hálito de
conciencia,
que endulzaron los coños de un millón de muchachas estremeciéndose
en el crepúsculo, y tenían los ojos rojos en las mañanas pero estaban
preparados para endulzar el coño del amanecer, resplandecientes nalgas bajo
graneros y desnudos en el lago,
que salieron de putas por Colorado en miríadas de autos robados
por una noche, N.C. héroe secreto de estos poemas, follador y Adonis de Denver
-regocijémonos con el recuerdo de sus innumerables jodiendas de muchachas en
solares vacíos y patios traseros de restaurantes, en desvencijados asientos de
cines, en cimas de montañas, en cuevas o con demacradas camareras en familiares
solitarios levantamientos de enaguas y especialmente secretos solipsismos en
baños de gasolineras y también en callejones de la ciudad natal,
que se desvanecieron en vastas y sórdidas películas, eran
cambiados en sueños, despertaban en un súbito Manhattan y se levantaron en
sótanos con resacas de despiadado Tokai y horrores de sueños de hierro de la
tercera avenida y se tambalearon hacia las oficinas de desempleo,
que caminaron toda la noche con los zapatos llenos de sangre sobre
los bancos de nieve en los muelles esperando que una puerta se abriera en el
East River hacia una habitación llena de vapor caliente y opio,
que crearon grandes dramas suicidas en los farellones de los
departamentos del Hudson bajo el foco azul de la luna durante la guerra y sus
cabezas serán coronadas de laurel y olvido,
que comieron estofado de cordero de la imaginación o digirieron el
cangrejo en el lodoso fondo de los ríos de Bowery,
que lloraron ante el romance de las calles con sus carritos llenos
de cebollas y mala música,
que se sentaron sobre cajas respirando en la oscuridad bajo el
puente y se levantaron para construir clavicordios en sus áticos,
que tosieron en el sexto piso de Harlem coronados de fuego bajo el
cielo tubercular rodeados por cajas naranjas de Teología,
que escribieron frenéticos toda la noche balanceándose y rodando
sobre sublimes encantamientos que en el amarillo amanecer eran estrofas
incoherentes,
que cocinaron animales podridos pulmón corazón pié cola borsht
& tortillas soñando con el puro reino vegetal,
que se arrojaron bajo camiones de carne en busca de un huevo,
que tiraron sus relojes desde el techo para emitir su voto por una
eternidad fuera del tiempo, & cayeron despertadores en sus cabezas cada día
por toda la década siguiente,
que cortaron sus muñecas tres veces sucesivamente sin éxito,
desistieron y fueron forzados a abrir tiendas de antigüedades donde pensaron
que estaban envejeciendo y lloraron,
que fueron quemados vivos en sus inocentes trajes de franela en
Madison Avenue entre explosiones de versos plúmbeos & el enlatado martilleo
de los férreos regimientos de la moda & los gritos de nitroglicerina de
maricas de la publicidad & el gas mostaza de inteligentes editores
siniestros, o fueron atropellados por los taxis ebrios de la realidad absoluta,
que saltaron del puente de Brooklyn esto realmente ocurrió y se
alejaron desconocidos y olvidados dentro de la fantasmal niebla de los
callejones de sopa y carros de bomba del barrio Chino, ni siquiera una cerveza
gratis,
que cantaron desesperados desde sus ventanas, se cayeron por la
ventana del metro, saltaron en el sucio Passaic, se abalanzaron sobre negros,
lloraron por toda la calle, bailaron descalzos sobre vasos de vino rotos y
discos de fonógrafo destrozados de nostálgico Europeo jazz Alemán de los años
30 se acabaron el whisky y vomitaron gimiendo en el baño sangriento, con
lamentos en sus oídos y la explosión de colosales silbatos de vapor,
que se lanzaron por las autopistas del pasado viajando hacia la
cárcel del gólgota -solitario mirar- autos preparados de cada uno de ellos o
Encarnación de Jazz de Birmingham,
que condujeron campo traviesa por 72 horas para averiguar si yo
había tenido una visión o tú habías tenido una visión o él había tenido una
visión para conocer la eternidad,
que viajaron a Denver, murieron en Denver, que volvían a Denver;
que velaron por Denver y meditaron y andaban solos en Denver y finalmente se
fueron lejos para averiguar el tiempo, y ahora Denver extraña a sus héroes,
que cayeron de rodillas en desesperanzadas catedrales rezando por
la salvación de cada uno y la luz y los pechos, hasta que al alma se le iluminó
el cabello por un segundo,
que chocaron a través de su mente en la cárcel esperando por
imposibles criminales de cabeza dorada y el encanto de la realidad en sus
corazones que cantaba dulces blues a Alcatraz,
que se retiraron a México a cultivar un hábito o a Rocky Mount
hacia el tierno Buda o a Tánger en busca de muchachos o a la Southern Pacific
hacia la negra locomotora o de Harvard a Narciso a Woodland hacia la guirnalda
de margaritas o a la tumba,
que exigieron juicios de cordura acusando a la radio de hipnotismo
y fueron abandonados con su locura y sus manos y un jurado indeciso,
que tiraron ensalada de papas a los lectores de la CCNY sobre
dadaísmo y subsiguientemente se presentan en los escalones de granito del
manicomio con las cabezas afeitadas y un arlequinesco discurso de suicidio,
exigiendo una lobotomía al instante,
y recibieron a cambio el concreto vacío de la insulina Metrazol
electricidad hidroterapia psicoterapia terapia ocupacional ping pong y amnesia,
que en una protesta sin humor volcaron sólo una simbólica mesa de
ping pong, descansando brevemente en catatonia,
volviendo años después realmente calvos excepto por una peluca de
sangre, y de lágrimas y dedos, a la visible condenación del loco de los barrios
de las locas ciudades del Este,
los fétidos salones del Pilgrim State Rockland y Greystones,
discutiendo con los ecos del alma, balanceándose y rodando en la banca de la
soledad de medianoche reinos dolmen del amor, sueño de la vida una pesadilla,
cuerpos convertidos en piedra tan pesada como la luna,
con la madre finalmente ****** [i] , y el último fantástico libro
arrojado por la ventana de la habitación, y a la última puerta cerrada a las 4
AM y el último teléfono golpeado contra el muro en protesta y el último cuarto
amoblado vaciado hasta la última pieza de mueblería mental, un papel amarillo
se irguió torcido en un colgador de alambre en el closet, e incluso eso
imaginario, nada sino un esperanzado poco de alucinación-
ah, Carl, mientras no estés a salvo yo no voy a estar a salvo, y
ahora estás realmente en la total sopa animal del tiempo-
y que por lo tanto corrió a través de las heladas calles
obsesionado con una súbita inspiración sobre la alquimia del uso de la elipse
el catálogo del medidor y el plano vibratorio,
que soñaron e hicieron aberturas encarnadas en el tiempo y el
espacio a través de imágenes yuxtapuestas y atraparon al Arcángel del alma
entre 2 imágenes visuales y unieron los verbos elementales y pusieron el nombre
y una pieza de conciencia saltando juntos con una sensación de Pater Omnipotens
Aeterna Deus
para recrear la sintaxis y medida de la pobre prosa humana y
pararse frente a ti mudos e inteligentes y temblorosos de vergüenza, rechazados
y no obstante confesando el alma para conformarse al ritmo del pensamiento en
su desnuda cabeza sin fin,
el vagabundo demente y el ángel beat en el tiempo, desconocido, y
no obstante escribiendo aquí lo que podría quedar por decir en el tiempo
después de la muerte,
y se alzaron reencarnando en las fantasmales ropas del jazz en la
sombra de cuerno dorado de la banda y soplaron el sufrimiento de la mente
desnuda de América por el amor en un llanto de saxofón eli eli lamma lamma
sabacthani que estremeció las ciudades hasta la última radio
con el absoluto corazón del poema sanguinariamente arrancado de
sus cuerpos bueno para alimentarse mil años.
II
¿Qué esfinge de cemento y aluminio abrió sus cráneos y devoró sus
cerebros y su imaginación?
¡Moloch! ¡Soledad! ¡Inmundicia! ¡Ceniceros y dólares
inalcanzables! ¡Niños gritando bajo las escaleras! ¡Muchachos sollozando en
ejércitos! ¡Ancianos llorando en los parques!
¡Moloch! ¡Moloch! ¡Pesadilla de Moloch! ¡Moloch el sin amor!
¡Moloch mental! ¡Moloch el pesado juez de los hombres!
¡Moloch la prisión incomprensible! ¡Moloch la desalmada cárcel de
tibias cruzadas y congreso de tristezas! ¡Moloch cuyos edificios son juicio!
¡Moloch la vasta piedra de la guerra! ¡Moloch los pasmados gobiernos!
¡Moloch cuya mente es maquinaria pura! ¡Moloch cuya sangre es un
torrente de dinero! ¡Moloch cuyos dedos son diez ejércitos! ¡Moloch cuyo pecho
es un dínamo caníbal! ¡Moloch cuya oreja es una tumba humeante!
¡Moloch cuyos ojos son mil ventanas ciegas! ¡Moloch cuyos
rascacielos se yerguen en las largas calles como inacabables Jehovás! ¡Moloch
cuyas fábricas sueñan y croan en la niebla! ¡Moloch cuyas chimeneas y antenas
coronan las ciudades!
¡Moloch cuyo amor es aceite y piedra sin fin! ¡Moloch cuya alma es
electricidad y bancos! ¡Moloch cuya pobreza es el espectro del genio! ¡Moloch
cuyo destino es una nube de hidrógeno asexuado! ¡Moloch cuyo nombre es la
mente!
¡Moloch en quien me asiento solitario! ¡Moloch en quien sueño
ángeles! ¡Demente en Moloch! ¡Chupa vergas en Moloch! ¡Sin amor ni hombre en
Moloch!
¡Moloch quien entró tempranamente en mi alma! ¡Moloch en quien soy
una conciencia sin un cuerpo! ¡Moloch quien me ahuyentó de mi éxtasis natural!
¡Moloch a quien yo abandono! ¡Despierten en Moloch! ¡Luz chorreando del cielo!
¡Moloch! ¡Moloch! ¡Departamentos robots! ¡Suburbios invisibles!
¡Tesorerías esqueléticas!
¡Capitales ciegas! ¡Industrias demoníacas! ¡Naciones espectrales!
¡Invencibles manicomios! ¡Vergas de granito! ¡Bombas monstruosas!
¡Rompieron sus espaldas levantando a Moloch hasta el cielo!
¡Pavimentos, árboles, radios, toneladas! ¡Levantando la ciudad al cielo que
existe y está alrededor nuestro!
¡Visiones! ¡Presagios! ¡Alucinaciones! ¡Milagros! ¡Éxtasis!
¡Arrastrados por el río americano!
¡Sueños! ¡Adoraciones! ¡Iluminaciones! ¡Religiones! ¡Todo el
cargamento de mierda sensible!
¡Progresos! ¡Sobre el río! ¡Giros y crucifixiones! ¡Arrastrados
por la corriente! ¡Epifanías! ¡Desesperaciones! ¡Diez años de gritos animales y
suicidios! ¡Mentes! ¡Nuevos amores! ¡Generación demente! ¡Abajo sobre las rocas
del tiempo!
¡Auténtica risa santa en el río! ¡Ellos lo vieron todo! ¡Los ojos
salvajes! ¡Los santos gritos! ¡Dijeron hasta luego! ¡Saltaron del techo! ¡Hacia
la soledad! ¡Despidiéndose! ¡Llevando flores! ¡Hacia el río! ¡Por la calle!
III
¡Carl Solomon! Estoy contigo en Rockland
Donde estás más loco de lo que yo estoy
Estoy contigo en Rockland
Donde te debes sentir muy extraño
Estoy contigo en Rockland
Donde imitas la sombra de mi madre
Estoy contigo en Rockland
Donde has asesinado a tus doce secretarias
Estoy contigo en Rockland
Donde te ríes de este humor invisible
Estoy contigo en Rockland
Donde somos grandes escritores en la misma horrorosa máquina de
escribir
Estoy contigo en Rockland
Donde tu condición se ha vuelto seria y es reportada por la radio
Estoy contigo en Rockland
Donde las facultades de la calavera no admiten más los gusanos de
los sentidos
Estoy contigo en Rockland
Donde bebes el té de los pechos de las solteras de Utica
Estoy contigo en Rockland
Donde te burlas de los cuerpos de tus enfermeras las arpías del
Bronx
Estoy contigo en Rockland
Donde gritas en una camisa de fuerza que estás perdiendo el juego
del verdadero
ping pong del abismo
Estoy contigo en Rockland
Donde golpeas el piano catatónico el alma es inocente e inmortal
jamás debería
morir sin dios en una casa de locos armada
Estoy contigo en Rockland
Donde cincuenta shocks más no te devolverán nunca tu alma a su
cuerpo de su
peregrinaje a una cruz en el vacío
Estoy contigo en Rockland
Donde acusas a tus doctores de locura y planeas la revolución
socialista hebrea
contra el Gólgota nacional fascista
Estoy contigo en Rockland
Donde abres los cielos de Long Island y resucitas a tu Jesús
humano y viviente de la
tumba sobrehumana
Estoy contigo en Rockland
Donde hay veinticinco mil camaradas locos juntos cantando las
estrofas finales de
La Internacional
Estoy contigo en Rockland
Donde abrazamos y besamos a los Estados Unidos bajo nuestras
sábanas los
Estados Unidos que tosen toda la noche y no nos dejan dormir
Estoy contigo en Rockland
Donde despertamos electrificados del coma por el rugir de los
aeroplanos de
nuestras propias almas sobre el tejado ellos han venido para
lanzar bombas
angelicales el hospital se ilumina a sí mismo colapsan muros
imaginarios Oh
escuálidas legiones corren afuera Oh estrellado shock de compasión
la guerra
eterna está aquí Oh victoria olvida tu ropa interior somos libres
Estoy contigo en Rockland
En mis sueños caminas goteando por un viaje a través del mar sobre
las carreteras a
través de América llorando hasta la puerta de mi cabaña en la
noche del oeste
San Francisco, 1955-1956
Nota A Pie De Página Para “Aullido”
¡Santo! ¡Santo! ¡Santo! ¡Santo! ¡Santo! ¡Santo! ¡Santo! ¡Santo!
¡Santo! ¡Santo! ¡Santo! ¡Santo! ¡Santo! ¡Santo! ¡Santo!
¡El mundo es santo! ¡El alma es santa! ¡La piel es santa! ¡La
nariz es santa! ¡La lengua y la verga y la mano y el agujero del culo son
santos!
¡Todo es santo! ¡todos son santos! ¡todos los lugares son santos!
¡todo día está en la eternidad! ¡Todo hombre es un ángel!
¡El vago es tan santo como el serafín! ¡el demente es tan santo
como tú mi alma eres santa!
¡La máquina de escribir es santa el poema es santo la voz es santa
los oyentes son santos el éxtasis es santo!
¡Santo Peter santo Allen santo Solomon santo Lucien santo Kerouac
santo Huncke santo Burroughs santo Cassady santos los desconocidos locos y
sufrientes mendigos santos los horribles ángeles humanos!
¡Santa mi madre en la casa de locos! ¡Santas las vergas de los
abuelos de Kansas!
¡Santo el gimiente saxofón! ¡Santo el apocalipsis del bop! ¡Santas
las bandas de jazz marihuana hipsters paz peyote pipas y baterías!
¡Santa las soledades de los rascacielos y pavimentos! ¡Santas las
cafeterías llenas con los millones! ¡Santos los misteriosos ríos de lágrimas
bajo las calles!
¡Santo el argonauta solitario! ¡Santo el vasto cordero de la clase
media! ¡Santos los pastores locos de la rebelión! ¡Quien goza Los Ángeles es
Los Ángeles!
¡Santa New York santa San Francisco santa Peoria & Seattle
santa París santa Tánger santa Moscú santa Estambul!
¡Santo el tiempo en la eternidad santa eternidad en el tiempo
santos los relojes en el espacio la cuarta dimensión santa la quinta
Internacional santo el ángel en Moloch!
¡Santo el mar santo el desierto santa la vía férrea santa la
locomotora santas las visiones santas las alucinaciones santos los milagros
santo el globo ocular santo el abismo!
¡Santo perdón! ¡compasión! ¡caridad! ¡fe! ¡Santos! ¡Nosotros!
¡cuerpos! ¡sufriendo! ¡magnanimidad!
¡Santa la sobrenatural extra brillante inteligente bondad del
alma!
Berkeley, 1955
INTERESANTE PERSONAJE,
muy buen blog suerte con el emprendimiento, recien conozco tu pagina. exitos